Tras el triunfo del abanderado republicano, distintos movimientos políticos de la UC y federaciones estudiantiles del país emitieron declaraciones interpretando los resultados del proceso electoral.

La victoria de José Antonio Kast, del pasado 14 de diciembre, generó diversas reacciones en el mundo político-estudiantil. Mientras algunos sectores expresaron respaldos y confianza al presidente electo, otros advirtieron sobre posibles retrocesos en derechos y síntomas de desconexión sociopolítica. A través de comunicados emitidos públicamente,  movimientos políticos de la Universidad Católica y federaciones universitarias del país interpretaron el resultado y delinearon su rol frente al próximo gobierno.

Posturas desde la UC: apoyos, matices y oposición

Dentro de la Universidad Católica, los movimientos políticos expresaron visiones divergentes frente al triunfo del candidato del Partido Republicano y el nuevo escenario político.

Desde el Movimiento Gremial (MG), organización de derecha fundada por Jaime Guzmán en 1967, se destacó ser el espacio donde José Antonio Kast inició su trayectoria política, siendo electo como consejero superior en dos ocasiones. “Miramos este nuevo gobierno con esperanza y responsabilidad, confiando en que marque un cambio de rumbo en materias esenciales para el país como lo son educación, seguridad, crecimiento económico y empleabilidad”, señalaron.

En su publicación de Instagram, afirmaron que este apoyo se da “sin renunciar a nuestra esencia”, subrayando la independencia del movimiento y su rechazo a la instrumentalización de la universidad.

El movimiento Solidaridad sostuvo que la victoria de Kast representa “un momento significativo para la derecha”, haciendo hincapié en la responsabilidad del presidente electo y de la clase política de responder a las demandas sociales.

“Desde nuestros espacios de formación y acción política, estamos llamados a fortalecer y humanizar la agencia del sector, entendiendo que el orden y la libertad deben estar al servicio de las personas, especialmente de las más vulnerables”, expresaron. Además, señalaron que la celebración por parte de la ciudadanía refleja “esperanza en un cambio y en una política que puede ser ese espacio democrático que llame a involucrarnos y a actuar por una mejor sociedad y país”.

Por su parte, el movimiento liberal, Avanzar, manifestó preocupación por el escenario político que rodeó a la elección presidencial, calificándolo como una “expresión de un proceso más profundo y sostenido de polarización política”.

En su declaración, advirtieron que el desplazamiento del centro político “empobrece la deliberación democrática” y sostuvieron que la política tradicional no ha logrado interpretar el malestar social, empujando a amplios sectores de la ciudadanía hacia proyectos políticos que “ofrecen respuestas fáciles a problemas complejos”.

Además, cuestionaron a figuras que se identifican como liberales y celebraron la victoria del presidente electo, afirmando que “liberalismo y conservadurismo no avanzan ni avanzarán nunca de la mano”. El comunicado concluye lamentando que la segunda vuelta presidencial se haya disputado entre dos candidaturas opuestas, donde ninguna de ellas logró un proyecto “que apostara por el diálogo, la modernización democrática, ni la ampliación efectiva de las libertades”.

El movimiento de centroizquierda, Nueva Acción Universitaria (NAU), manifestó su preocupación por el programa y la visión del país del presidente electo, señalando que el resultado electoral derivó en “un presidente alineado con la extrema derecha global, ultraconservador y pinochetista confeso”.

“Hemos fallado. Nos farreamos un proceso constituyente histórico y luego un gobierno que prometía grandes cambios, y terminamos viendo cómo José Antonio Kast asume la primera magistratura”, expresaron, haciendo hincapié en la obligación de realizar “una autocrítica dolorosa respecto de los discursos, comportamientos y marcos ideológicos”.

En su comunicado, postulan que las causas de la derrota electoral se encuentran en una deslegitimación cultural ocurrida en los últimos años, producto de “desaciertos estratégicos de nuestras dirigencias y una grave desconexión con el sentir popular”. A su vez, indicaron una disminución del apoyo de las fuerzas políticas del centro-izquierda, enfatizando que la derrota se produjo con “un porcentaje significativamente menor a nuestro peso histórico y contra un representante de la derecha más radical”, lo que calificaron como “una verdadera catástrofe”.

Para cerrar, subrayaron la importancia de los estudiantes y jóvenes en “este proceso de recomposición de la centroizquierda”, señalando que la prioridad de la NAU será aportar a la reconstrucción del tejido social para alcanzar una mayoría social, junto con asumir una posición de “oposición firme”.

Desde la coalición de izquierda, Amanecer,calificaron el triunfo de José Antonio Kast como un “exponencial retroceso en derechos sociales, libertades y avances”, planteando la necesidad de realizar un “proceso de autocrítica profundo” respecto de los cuatro años anteriores a nivel país.

En esa línea, afirmaron que mantendrán una “firme oposición” contra un proyecto político basado en “el conservadurismo extremo, la xenofobia y la negación de la diversidad”, declarándose en alerta ante posibles retrocesos en derechos adquiridos, educación, trabajo, género y disidencias.

Junto con esto, sostuvieron que los miembros del movimiento se seguirán organizando al interior de la universidad, pero “ahora más que nunca en los barrios”, con el fin de fortalecer el tejido social en conjunto con las fuerzas progresistas. Para finalizar, expresaron que “todos tenemos derecho a manifestarnos”, haciendo un llamado a unirse para “revolucionar”.

Reacciones desde las federaciones universitarias

La Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), junto a la Consejería Superior (CS), publicaron un comunicado en su cuenta de Instagram en el que reconocieron la victoria de José Antonio Kast y “la voluntad popular expresada a través de mecanismos democráticos”. Sin embargo, enfatizaron que la democracia no se reduce a un voto, sino que se debe respetar la institucionalidad, los derechos humanos, la memoria histórica y la dignidad de las personas.

Agregaron que, como representantes estudiantiles, tienen el deber de advertir a los estudiantes las ideologías del presidente electo: “Tenemos el deber ético de advertir el peligro de un liderazgo que ha relativizado violaciones a los Derechos Humanos, que ha justificado la dictadura y que ha sido ambiguo con las reglas democráticas”.

Además, reconocieron que el mundo progresista tiene una significativa responsabilidad sobre el resultado de las elecciones del 14 de diciembre, ya que dejaron espacios vacíos que José Antonio Kast llegó a ocupar.

El comunicado concluyó con un llamado a la comunidad de estudiantes de la UC a “participar activamente en la vida pública y a ejercer una ciudadanía crítica que no se intimide frente al poder”.

La Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECh), en su escrito, reconoció la legitimidad del resultado electoral, aclarando que aquello no implica abandonar la “vigilancia, la organización ni la crítica”.

En el escrito, la organización interpretó la victoria de Kast como un “síntoma de una fractura social profunda”, señalando que el espacio público se ha construido sobre “incertidumbre, miedo y desconexión”.

“Como Mesa Ejecutiva de la CONFECh, nos declaramos en estado de alerta frente a proyectos políticos que ponen en riesgo derechos fundamentales conquistados por años de organización social: la educación pública, gratuita y de calidad; la equidad de género; el resto irrestricto a los derechos humanos y la memoria histórica”, declararon.

Finalmente, llamaron a las federaciones y representantes estudiantiles a “informarse críticamente, participar en sus espacios estudiantiles y transformar la preocupación individual en organización colectiva”.

La Federación de Estudiantes de la Universidad Diego Portales (FEDEP) tituló su declaración como “Defender lo avanzado, cuidar lo conquistado”. En ella, valoraron la eficiencia y transparencia del proceso electoral, reconociendo a José Antonio Kast y a sus votantes.

“Sin embargo, la legitimidad del procedimiento electoral no puede ni debe traducirse en una neutralidad pasiva frente a los desafíos éticos, sociales y políticos que abre este nuevo ciclo”, señalaron.

Al igual que la CONFECh, atribuyeron el resultado a una “profunda desconexión política, social y cultural”. Además, manifestaron inquietud frente a posturas programáticas del nuevo gobierno, especialmente en materias como diversidades, equidad de género, memoria histórica y acceso a derechos sociales como la educación.

La Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago de Chile (FEUSACH) hizo un llamado a la comunidad de la USACH, bajo la consigna “¡A defender la educación pública!”. En una declaración difundida en redes sociales, apelaron a la memoria histórica y cultural, señalando que “no se retrocede en derechos” y que la comunidad universitaria debe mantenerse activa frente al triunfo del abanderado republicano.

Otras federaciones universitarias como las de la Universidad del Desarrollo, la Universidad San Sebastián, la Universidad de los Andes, la Universidad Adolfo Ibáñez o la Universidad de Chile, no emitieron declaraciones públicas.

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