$89.600 pesos. Esa es la suma exorbitante que ha gastado cada novate solamente en transporte en los 56 días académicos de este año (suponiendo tan sólo un viaje ida-vuelta por día académico). De haber tenido acceso a la TNE,  el gasto se habría visto reducido en $62.720 pesos,: esto en un país con un ingreso mediano de menos de $450.000 pesos. El Estado ha sido ineficiente en el proceso de entrega de la Tarjeta Nacional Estudiantil, evidenciando un sistema claramente colapsado y sin ningún tipo de preparación previa.

Silencio absoluto.

Ni el Mineduc, ni JUNAEB, ni siquiera la propia Universidad han otorgado algún tipo de ayuda para aquellos estudiantes que no cuentan con los recursos para seguir con este pago. Un monto casi 3 veces mayor que el actual saldo de la JUNAEB. ¿Se imaginan el impacto económico que tiene esto para una familia? Si bien, tanto la Universidad como la FEUC cuentan con beneficios destinados a transporte, estos no son entregados hasta mediados de junio, y no han mostrado la intención de extender esos beneficios, o crear ayudas nuevas, para solventar esta urgente problemática. 

¿Qué pasa con les estudiantes independientes? Aquellos de regiones que viven solos en Santiago, que no cuentan con métodos de transporte más allá del público, y mucho menos con la capacidad financiera para seguir sustentando este gasto. Ya son realidad los casos de estudiantes que se han visto obligados a dejar de asistir a algunas clases, por no ser capaces económicamente de seguir transportándose.

Imagínense haber entrado a la carrera que tanto anhelaban, en una universidad emblemática, con todo el esfuerzo que esto conlleva, y verse en la situación de tener que escoger entre ir a clases o comprar medicamentos, o una alimentación nutritiva. Desconocer la importancia de la suma adeudada es desconocer el nivel de precariedad económica de parte del estudiantado, algo que no se debe naturalizar jamás.

Exigimos una solución definitiva a esta problemática absolutamente ignorada e invisibilizada por la institucionalidad universitaria, o al menos alguna señal concreta de que las autoridades de la universidad están trabajando para remediar la situación cuanto antes. Esperamos garantías de que situaciones lamentables como esta no se vuelvan a repetir para las generaciones novatas del 2023 en adelante. Y finalmente, instamos a nuestres representantes estudiantiles a velar con más fuerza por los derechos del estudiantado, en pos de una educación digna y verdaderamente equitativa.

Por: Emilia Huppertz Lira y Darío Quiroga
Novates de Historia

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