Estimado Director,
En esta votación no se alcanzó el quórum. Sin embargo, los propios movimientos se pusieron de acuerdo para torcer las reglas y continuar con el proceso. Interpretaron la norma no para proteger la representatividad de la elección, sino que para evitar un bochorno y proteger su capital político. Levanta serias dudas sobre la institucionalidad el que los movimientos puedan anteponer sus propios intereses a la representación del estudiantado; hay un evidente conflicto de interés.
La política universitaria podrá vivir un año más en la ilusión de su relevancia, intentando conseguir con dulces e insistencia lo que sus proyectos no pudieron: llevar a la gente a las urnas.
Bastián Mundt Marín
Estudiante de Ingeniería Comercial