El pasado martes 20 de mayo, el Ministerio de Salud anunció una actualización a la Norma Técnica 150 mediante el Decreto Exento N°243, elaborado sin consultar a los gremios profesionales involucrados. Esta decisión refleja una lógica técnica que prescinde del diálogo con quienes están en la primera línea de atención. Una vez más, se toman decisiones sobre nuestra salud y nuestros cuerpos sin incluirnos, sin escucharnos, sin considerarnos.
Este decreto implementa los siguientes cambios: ginecología pasaría a formar parte del área médico-quirúrgica, lo que implica que las pacientes ginecológicas ya no tendrían un espacio diferencial donde se les brinde atención especializada. Esto invisibiliza sus necesidades específicas y despersonaliza el cuidado. Además, neonatología sería absorbida por pediatría, evitando que los cuidados fueran brindados por matronas y matrones, quienes están altamente capacitados en el área. Por último, el sistema de urgencias y pabellones se volvería indiferenciado: no existiría una urgencia gineco-obstétrica, lo que significaría que mujeres embarazadas o pacientes con urgencias ginecológicas serían atendidas a través del mismo sistema general, con consecuencias negativas en tiempos de atención y seguridad.
Estas modificaciones representan un retroceso abismal en la protección y mejora de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en Chile. Negar una atención integral, especializada y con enfoque de género pone en riesgo la salud pública en el ámbito sexual, perinatal y ginecológico.
El embarazo, el parto y las urgencias ginecológicas son momentos de alta vulnerabilidad. Una atención óptima y ética en estas etapas no puede ser un privilegio, sino un derecho. El acceso a una salud DIGNA debe garantizarse a toda la población. La figura de la matrona no es un complemento: es un pilar del sistema público de salud, y su labor ha contribuido a que Chile tenga una de las tasas más bajas de mortalidad materna en América Latina. Ignorar esta realidad es una irresponsabilidad médica y una falta de ética política.
El trabajo de la matronería es NECESARIO e IRREMPLAZABLE. Se trata de profesionales íntegros, con formación específica en el cuidado personalizado, respetuoso y ético de la mujer durante momentos críticos. La atención de salud no debe volverse genérica ni insensible a las particularidades de cada etapa de la vida reproductiva bajo el pretexto de la eficiencia. Eso no es progreso, es violencia estructural.
Como estudiantes del área de la salud, nuestra formación se basa en el respeto por el trabajo interdisciplinario, el reconocimiento de las habilidades específicas de cada carrera y la defensa de los derechos de quienes acceden al sistema sanitario. Por lo tanto, es nuestro deber defender los roles indispensables para el buen funcionamiento del sistema de salud.
Sin embargo, gracias a la movilización social, al esfuerzo de miles de matronas, estudiantes, profesionales y personas que alzaron la voz en todo el país, los puntos más críticos del decreto han sido finalmente derogados. Reconocemos y agradecemos profundamente la valentía de quienes marcharon, se organizaron y defendieron la salud de las mujeres. Asimismo, valoramos la disposición al diálogo mostrada por el presidente Gabriel Boric y las autoridades del Ministerio de Salud, quienes entendieron la urgencia de rectificar esta medida. Que este sea un precedente de que la participación activa y el trabajo colectivo sí tienen un impacto real en la defensa de nuestros derechos.
Mariana Chamorro, CT de Enfermería, NAU!
Ethiel Barrientos, CT de Ciencias de la Salud, NAU!