El jueves 12 de junio, el mundo atestiguó el inicio de una guerra abierta entre Israel e Irán. En ese sentido, creo que es correcto analizar la justificación para actuar de Israel, quien inició el ataque. Israel bombardeó la capital iraní, Teherán, en un ataque dirigido a altos cargos militares de la Guardia Revolucionaria Iraní y científicos que venían desarrollando capacidades armamentísticas nucleares. Hay que ser conscientes de que el objetivo, hasta donde se sabe, han sido los dirigentes del programa nuclear iraní.

La pregunta que ahora uno se debe hacer es: ¿fue este ataque justificado? Yo creo que sí, porque el hecho de que Irán posea armas nucleares representa un riesgo para la paz de todo Medio Oriente.

Irán está gobernado por un régimen totalitario, promotor del terrorismo y violador de los derechos humanos. Por años han financiado a Hezbollah, grupo terrorista que tenía secuestrada la democracia libanesa, quienes se erigieron como un Estado dentro del Estado libanés. Entregaron el aporte económico necesario para que la Yihad Palestina y Hamás sostuviesen sus capacidades militares y políticas, erosionando la hegemonía de la Autoridad Nacional Palestina y culminando en el brutal ataque de octubre del 2023. Dieron el respaldo militar al sanguinario régimen de Bashar Al-Assad, “el carnicero de Damasco”, quien afortunadamente cayó el año pasado. A él lo protegieron, le dieron activos militares y lo siguieron haciendo pese a que bombardeó a su propio pueblo con armas químicas, prohibidas por las leyes internacionales sobre la guerra.

Se han posicionado del lado de Rusia en su invasión a Ucrania, son aliados del régimen de Maduro en Venezuela, financian a los hutíes, grupo terrorista contendor en la guerra civil yemení, que se ha encargado de acosar el comercio petrolero internacional que circula por el Mar Rojo. Se sabe que están detrás de múltiples ataques terroristas; sin ir más lejos, el ataque al edificio de la AMIA en Argentina en 1994, que se llevó 85 vidas inocentes, es un claro ejemplo. El Estado iraní está denunciado por sus prácticas misóginas y de segregación hacia las mujeres, ellas pueden ser obligadas por el padre a casarse desde los 13 años y las penas corporales son parte de la ley religiosa que sigue el Estado.

Esta larga lista de agravios hace temer a cualquier persona racional que la posesión de armas nucleares por parte de Irán hubiese sido nefasta para la paz mundial y, en específico para la del Medio Oriente. Le hubiese dado la capacidad a la Guardia Revolucionaria Iraní de chantajear y acosar a los países de la Península Arábiga o a cualquier otro país que se resistiese a la política exterior del líder supremo.

Apoyar a Israel en este caso, no debe bajo ningún motivo ser una claudicación a las denuncias de graves excesos contra civiles que han ocurrido en la Franja de Gaza. No es que se apoye una acción y se apoye a la otra. No. Son hechos que pertenecen al mismo contexto, pero separados en su naturaleza, pues como ya dije, el objetivo de este ataque fue el de diezmar las capacidades nucleares de un Estado terrorista, como es el de los ayatolás en Irán.

No se equivoquen: este ataque es una derrota para el líder supremo iraní, Alí Jamenei, y Vladímir Putin. Es una estocada a las capacidades estratégicas de Irán, permitiendo que cada día se esté más cerca de la caída de este, algo que desean, seguramente no tan sólo Israel, sino que también países de la Península Arábiga como Arabia Saudita, o incluso todos los exiliados políticos iraníes, quienes tuvieron que huir de la persecución de los ayatolás. Prueba irrefutable es la reacción de Reza Pahlavi, hijo del derrocado shah y actual líder de la oposición al régimen iraní en el exilio, quien se mostró entusiasta de la inminente caída del régimen, el cual está en su momento más débil.

Es más, los canales diplomáticos estaban agotados. Irán sabía que luego del plazo de 60 días dado por el presidente Trump para negociar un acuerdo nuclear todo podía pasar. Eran conscientes de eso y, aun así, decidieron no llegar a un acuerdo. Es ahí que Israel los ataca. Teniendo presente la denuncia hecha el mismo día del ataque por la  Agencia Internacional de Energía Atómica de que Irán no estaba cumpliendo sus obligaciones de no proliferación nuclear es claro que era cosa de tiempo para que el ataque sucediese.

Reitero, apoyar este acto por Israel no es renunciar a la denuncia de las atrocidades ocurridas en Gaza. La paz mundial a largo plazo se verá beneficiada si es que el régimen de los ayatolás de Irán cae.

Valentín Zañartu

Estudiante de Ingeniería

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

You May Also Like

Alteración de juicio de realidad

Estimado director, En psiquiatría y psicología al finalizar la primera entrevista clínica…

Falta de comunicación

Estimado director, Si tuviese una moneda por cada “¿Para que votar si…

Plebiscito y desinformación

A más de una semana de transcurrido el plebiscito de salida por una nueva constitución, los resultados de esta aún dan de qué hablar. Y es que la diferencia entre el Rechazo y el Apruebo fue sorpresivamente amplia y, así como en cualquier elección, los ganadores celebran y los derrotados se lamentan.

Tarjeta en impresión.

$89.600 pesos. Esa es la suma exorbitante que ha gastado cada novate…