La Encuesta Nacional de Juventudes evidenció que el 36% de los consultados cuenta con estudios universitarios. Sin embargo, un 26% considera que “da lo mismo lo que se estudie, después hay que trabajar en lo que sea”.
La undécima edición de la Encuesta Nacional de Juventudes, publicada el pasado 11 de diciembre por el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), reveló máximos históricos de jóvenes con educación superior completa o incompleta, alcanzando un 36% de los encuestados, cifra que supera el 32.3% registrado en 2022.
El estudio, que busca medir percepciones y caracterizar a las juventudes que viven en Chile, aborda ámbitos como educación, confianza en las instituciones, participación social, trabajo, salud mental y autocuidado, entre otros. Para ello, se consideró una muestra de 10.111 personas jóvenes y 1.085 personas adultas, con participantes entre los 15 y 29 años.
En materia de financiamiento, la gratuidad se consolidó como la principal vía de acceso a la educación superior, pasando de un 40% en 2022 a un 57% en 2025. No obstante, uno de cada cuatro jóvenes, correspondientes al 26%, declaró estar de acuerdo con que “da lo mismo lo que se estudie, después hay que trabajar en lo que sea”. Esta percepción disminuyó en comparación con 2022, cuando alcanzaba el 35.8%.
Por otra parte, se mantuvo una baja evaluación sobre las oportunidades para conseguir un buen trabajo, con una nota promedio de 4,2 de un máximo de 7,0, levemente superior al 4,0 registrado en la encuesta anterior.
El estudio también reveló que una de cada diez personas jóvenes no estudia ni se encuentra trabajando. De este grupo, el 64% corresponde a mujeres y el 36% a hombres. En ese contexto, el 33% de las mujeres que no estudia ni trabaja señaló que volvería a hacerlo si resolviera temas de cuidado, mientras que entre los hombres cuidadores la cifra alcanza solo un 4%. Estos resultados se mantienen en línea con los registrados en 2022, con cifras de 30,4% y 4,4%, respectivamente.






