El estudiante de derecho de 23 años busca por segunda vez terminar con el reinado verde, ahora en el cargo de presidente. Santiago plantea un discurso de “cambios” focalizado en “dar espacios a nuevas voces”, el cual tiene que unificar no solo a la derecha universitaria, sino a los que se abstienen de ir votar ¿Será este el año de Solidaridad?
Noviembre en el campus San Joaquín es de despreocupación y alegría primaveral: los estudiantes visten shorts y manga corta, la brisa cruza los pasillos y el sol presagia el inminente fin del año académico. Después de 19 días de una campaña FEUC dura y frenética, bajo los árboles de la alameda están los candidatos de Solidaridad. Descansando.
Un puñado yace en la sombra usando sus poleras rojas como almohada. El resto se dedica a bailar y reír. Están grabando parte de lo que luego se conocería como el reel inspirado en “Ahora Te Puedes Marchar” de Luis Miguel, un claro guiño hacia su contrincante político: la Nueva Acción Universitaria, movimiento de centroizquierda, que desde su fundación en 2008 han liderado 12 veces la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica. El grupo socialcristiano, Solidaridad, en cambio, llevan los últimos 12 intentando, sin éxito, presidirla.
“¡Ven, Santiago!”, vocifera a la distancia el vicepresidente de lista Stephen “Willy” Pugh moviendo el aire hacia sí mismo con el brazo para que se acerque a grabar su parte del video.
Santiago Fernández, candidato a la presidencia de la FEUC por Solidaridad, está sentado en el pasto en silencio: “No puedo ahora, tengo entrevista”, le responde a Willy sin salirse de su posición de los antebrazos sobre las rodillas. La agenda del candidato está ocupada por la siguiente media hora.
Fernández, de 23 años, entró a estudiar Derecho a la UC el 2019 luego de encontrar su afinidad a las letras tras la duda vocacional que le surgen a muchos jóvenes en la enseñanza media: “Me acuerdo que leí Rayuela de Cortázar y me dije -yo no puedo estudiar una cuestión con números”, declara su decisión por sobre Ingeniería Comercial, el cual era su plan B. Dicho libro trata sobre un hombre sudamericano erudito en un sinnúmero de temas que va a estudiar en el extranjero, quién está en una búsqueda constante llena de melancolía, además de ser un libro con múltiples finales, poniendo al lector como protagonista.
Fernández eligió la Pontifica Universidad Católica porque, según él, “es la mejor universidad de el país”. Se crió en Quillota, en una pequeña casa rodeada de un campo de hortalizas donde salía a cazar abejas con uno de sus dos hermanos: “Desde chico en mi casa siempre se habló de política y siempre teníamos la tele prendida”, rememora.
Lo primero que recuerda relacionado a la FEUC es cuando el tenía 11 años y tomaba el té con su familia. En el televisor las noticias mostraban a los candidatos de los jóvenes que disputaban la Federación ese año. Este 2023 él comparte la misma ambición que sus predecesores.
La Federación de Estudiantes se ha caracterizado por ser el órgano de representación estudiantil más codiciado del país. De él han salido personajes tanto renombrados como controversiales: José Piñera, Javier Leturia, Claudio Orrego, Andrés Chadwick, Giorgio Jackson y Miguel Crispi. Este año los estudiantes de la UC decidirán si la lista continúa con Catalina Jofré o Santiago Fernández, el 13avo candidato solidario.
La chispa inicial dentro de la carrera política de Santiago se remonta a su paso por el colegio Valle del Aconcagua de Quillota donde fue parte del centro de estudiantes: “Siempre me gustó participar”, aclara.
Con respecto a su posición política, él se denomina como un hombre de centroderecha: “Una de las razones por las que no me considero de izquierda, es que mucha de las causas que defienden terminan disgregando la sociedad. La atomizan y la descohesionan. Los vínculos del que está hecho el tejido social, a medida que avanzan causas que defiende la izquierda, se van desintegrando. Creo que eso ha hecho que la gente pierda el sentido de la vida en general”.
– ¿Cuál es el sentido de la vida para ti?
“El sentido de la vida es ser feliz”, responde Santiago. Además de su afán por la lectura, el cine también le interesa: “Voy al cine solo, al Normandie. La última que fui a ver se llama -Imitación a la Vida- de Kirk Douglas. La película duraba 3 horas, yo me puse a llorar en el cine y un viejo al lado me miraba”, dice riendo.
En su segundo año Santiago se acercó a Solidaridad debido a unos amigos que le hicieron patio y le pidieron “ayuda en la campaña”. En 2021, mientras la Universidad atravesaba la ambivalencia pandémica, se convertiría en consejero territorial en Derecho tras lograr el 21,6% de los votos (290): “Creo que fue una buena gestión. Pude iniciar proyectos como Acción Jurídica, que buscaba dar asesoría legal a personas de escasos recursos”, detalla.
El discurso “solidario” nació el 2011 por la iniciativa de la creación de un movimiento de derecha moderno y actualizado que pueda hacerle frente al histórico Movimiento Gremial, fundado por Jaime Guzmán en los años 60. Manteniendo los valores socialcristianos, provida, y adoptando proyectos focalizados en la diversidad sexual, el movimiento ha podido fragmentar con éxito los votos de la derecha estudiantil alternándose la segunda vuelta con el MG.
Solidaridad ha podido llegar al balotaje 3 veces en el pasado (2013, 2017 y 2018), esta vez sería la cuarta.
“Se malentiende lo que es la rebeldía”, dice calmado Santiago. “Hay una convicción de que la rebeldía es la regla. Pero al mismo tiempo es una que es infértil. En su búsqueda de cambiar el status-quo también busca silenciar”.
– ¿Te has sentido silenciado alguna vez por tus opiniones?
“Nunca he sentido la necesidad de callarme, pero si he visto muchas veces el miedo a decir cosas. Para el estallido social fue muy fuerte decir algo tan simple como que la constitución no va a solucionar los problemas del día a día, y ahora es una opinión que podría ser de sentido común”, añade.
El 2022, Santiago, armado y escudado por su movimiento se candidateó en su primer intento de conseguir la Federación. Fue en el cargo de Secretario General. ¿Su rival? la NAU. La lista progresista consiguió coronarse como FEUC y CS en primera vuelta, en una noche abrumante y de cuentas negativas para la derecha universitaria: “Sentí obviamente decepción”, declara Santiago.
Solidaridad en esa ocasión amenazó con llevar la situación al Tribunal Metropolitano de Elecciones por un descuadre en AFME que no garantizaba la victoria total de la izquierda universitaria. Luego de una repetición del balotaje en el territorio se constató la derrota electoral de Solidaridad: “Miro todos aquellos días como momentos que me hicieron crecer como persona y que me permitieron aprender muchísimo de lo que comparten los estudiantes en el patio, que es el verdadero corazón de la Federación”, agrega.
El 2021, en cambio, la Lista FEUC del movimiento rojiblanco no alcanzó tampoco la segunda vuelta, siendo superado por el Movimiento Gremial (25,05%), quien este año le da su apoyo a la lista de Santiago en orden de intentar destronar a la Nueva Acción Universitaria: “La NAU se ha dedicado a hablarle a su público, desencantando a los estudiantes”, versa la declaración oficial compartida en redes sociales.
Ese “desencanto” es parte central del discurso de Solidaridad. El lunes 7 de noviembre colocaron un lienzo en el suelo de San Joaquín que versaba: “Fuera los mismos de siempre. Votemos por un cambio”. Luego de que pasaron a segunda vuelta endurecieron las críticas hacia la lista verde.
– ¿Quién es el principal responsable de ese desencanto?
“Para mi sería muy fácil decir: la Nueva Acción Universitaria Yo creo que en último término somos todos. De alguna manera u otra no nos involucramos cuando tenemos que hacerlo”, se sincera Santiago. El candidato agrega que la autocrítica que se hace es que al inicio de su paso por la Universidad era muy indiferente. “Me importaba las notas y el carrete”, asegura. “Pero cuando te toca estar en un cargo de representación el ver como algunas cosas pueden cambiar el día a día de las personas, te cambia la visión de no solo cómo ves la Universidad, sino que la vida”.
En esta edición la llave a la oficina FEUC la podrían tener los ausentes. Ya que si se suman los votos del centro y la derecha en primera vuelta no sumarían más del 48%, insuficiente para romper la sequía. Por lo que el gran desafío de Santiago es poder convocar a los que no fueron a votar a las urnas. Una consigna que ha repetido en los últimos debates: “La política efectivamente ha perdido sentido, la tenemos que cambiar de una forma u otra. Sentimos que la UC lo está pidiendo, tenemos una gran responsabilidad y oportunidad”, declaró Fernández para El PUClítico en el conteo de primera vuelta cuando el cielo ya había esclarecido, y los estudiantes volvían a sus aulas.
Este año la elección no ha estado exenta de polémicas. En primera vuelta se dio un escenario sorprendente en la UC: No se llegó al quorum mínimo de 50% de participación, la cifra bordeó el 48%. Dentro de la incertidumbre, el TRICEL se preparó antes de que cerraran las mesas del segundo día para clarificar que los votos mínimos para que la elección sea válida tenían que sumar la mitad más una dentro de ambas elecciones, o sea en primera y segunda. Dicha resolución fue aprobada por la NAU!, Solidaridad y el resto de las fuerzas políticas a excepción del MG y Avanzar quienes criticaron la decisión: “Solo le importan los cargos”, aseguraron los gremialistas en sus redes.
A pesar de ello, Santiago se ve optimista de cara al runoff electoral: “Nosotros queremos ganar la Federación. Queremos mostrarles a muchos estudiantes que no están solo y que es posible tener una FEUC que no sea igual a todas”.
Su compañero de fórmula, Willy Pugh, asegura que Santiago es una persona “cercana y de mucha convicción”. Lo conoció cuando eran niños, por medio de un amigo en común: “Compartimos muchos gustos, como el rock argentino, la literatura y el cine, no se nos agota el tema de conversación. Trabajar con él siempre me inspira y me motiva a dar un poquito más”.
– ¿Cómo definirías a Santiago en dos palabras?
“Mi presidente”.
Santiago está listo para acabar con la entrevista, y su día de campaña. Aun así, no muestra ansiedad de pararse del pasto: “Cuando llego a mi casa, cansado, luego de un largo día de campaña, a veces me siento un cagón porque siento que no hicimos todo lo que teníamos que hacer para ganar. Pero a veces me acuesto feliz. Cuando más feliz me acuesto no es cuando le ganas al contrincante debatiendo, no cuando tuviste una entrevista y te fue bien, si no cuando la gente en el patio le hizo sentido lo que tu pensaste meses que podría ser así”, sentencia.