La autoconservación es una necesidad en la existencia del hombre, pero en la relación social lo mío y lo del otro pueden chocar en cualquier sentido. Esa otredad puede ser civilizada y pública, sin ningún tipo de percance mayor, pero cuando ese otro es el mayor peligro de lo mío, nace el odio. 

Ese otro se come a los perros, ese otro es terrorista, ese otro es comunista, ese otro me odia.

El odio se está operacionalizando, como se ha hecho a lo largo de la historia, pero con el giro único del postmodernismo. Los debates se están volviendo concursos para parecer más inteligentes. Mentir es fácil, con la verdad a dos búsquedas de Google y, la carencia de interés, la importancia de hacer imagen sube, mientras los riesgos de ingobernabilidad aumentan.

Nuestra querida FEUC es un genial ejemplo. Solidaridad comete un error de estatutos al declarar como FEUC ante la FES en el congreso sin previa consulta del COFEUC. Se ven obligados a pedir disculpas y, momentos después, la consejera superior emite una declaración donde supuestamente se está “ensuciando” el trabajo de esta federación y llama a la colaboración y no al entorpecimiento del trabajo.  

El otro es malo, el otro no permite que avancemos como universidad, el otro me boicotea, el otro es el problema, no yo. 

Si el otro es el problema, entonces, sin el otro, podemos solucionar el mundo. No, nunca ha sido así. Vivimos en un mundo multipolar en el cual la democracia liberal es el gobierno por excelencia, y en este, por necesidad, habrán muchos otros. La convivencia es difícil y muchas veces se acalora por la pasión que conlleva la política, pero ¿cómo van a pedir interés si su mayor argumento es que “yo no fui”?

Yo no fui, fue él y él, quiere simplemente boicotear todo y llamar al desorden. Entonces ¿te pido disculpas por no estar de acuerdo o simplemente te permito actuar libremente? La FEUC no es cualquier cosa, menos el Congreso y mucho menos el poder ejecutivo, pero cierta política de bloque acusa de boicot, pero en realidad son ellos los que trancan el país, por su nula capacidad de diálogo y autocrítica.

“¡La Generación de cristal no aguanta nada!” Qué bueno que no aguante nada. El miedo al desacuerdo es natural en un país con heridas profundas de una dictadura que quebró instituciones democráticas (como la FEUC, que tuvo al MG 12 años electo a dedo). Pero ya no hay que temer y hay que odiar lo injusto, lo autoritario, lo carente de fundamento, pero no odiar al otro. 

La generación mayor opina de nosotros como cristales, pero pareciera que la gente en nuestras mismas generaciones jóvenes opina que todos somos cristales, menos ellos. Pero si Piñera no fue buen presidente, entonces eres una persona insolente e inmoral. No son todos pero pareciera ser una parte importante.

La praxis política está en ruinas a todo nivel. La crítica a la corrupción y a distintos males es completamente válida y necesaria, pero los males se solucionan, por muy obvio que suene. Es penoso que los espacios políticos se vuelvan a trasladar a mantener el poder y tener “contenta” a la gente. Pan y circo. Tanto pan y tanto circo llevan a la miseria.

Todo lo dicho no es nada nuevo. De hecho ninguna idea es propia. Todo son fenómenos ya estudiados y comentados. Más que una cátedra, es un llamado de auxilio, en específico a la comunidad sobre la FEUC y la consejería superior. Estos órganos llevan a cabo muchas más actividades que carretes, publicaciones en Instagram y algún cameo en los patios de la universidad. Nuestra voz ante la rectoría y el Honorable Consejo Superior son ellos, y pareciera que piensan que han hecho un rol increíble por sus declaraciones públicas y que el problema es que estos otros no entienden nada y entorpecen este genial trabajo, el cual lleva varios traspiés en pocos meses.

Nunca podré odiar a alguien que no conozco por lo que opina. Eso no significa que hay opiniones objetivamente malas que deben ser eliminadas argumentativamente para el flujo sano de la sociedad, como el fetiche anti estado, el odio a las minorías en cualquiera de sus formas y el odio a la otredad. 

Todos podemos ser mejores, intentémoslo. 

Gabriel Cáceres

Estudiante College CCSS

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