La Cámara de Diputadas y Diputados aprobó en general el proyecto que reemplaza al CAE. Mientras la Directiva FEUC califica el FES como “un problema para otro problema”, la delegada CONFECH lo celebra como un avance hacia la gratuidad universal.
El miércoles 20 de agosto, la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó en general el nuevo modelo de Financiamiento para la Educación Superior (FES), el cual busca reemplazar al Crédito con Aval del Estado (CAE). La votación se definió con 80 votos a favor, 51 en contra y 6 abstenciones, en una sesión marcada por tensiones y contraargumentos. Tras su aprobación, la iniciativa fue despachada al Senado y pasará a su tramitación en particular.
Ante este escenario, El PUClítico consultó a los principales representantes estudiantiles sobre su valoración del proyecto y su reciente aprobación en el Congreso.
Clemente Fernández, vicepresidente de la FEUC, afirmó que la directiva rechaza el FES porque “es un mal proyecto, principalmente porque afectará negativamente tanto a los estudiantes como a las universidades”. Según señaló, la iniciativa implicaría la eliminación de becas de arancel tales como la Nueva Mileno, Juan Gómez Millas y Bicentenario, lo que podría perjudicar a más de 100 mil estudiantes. “Esto castiga fuertemente al mérito y es una señal equivocada, de cara a las políticas públicas y al país que queremos construir”, agregó.
Asimismo, Fernández cuestionó la eliminación del copago, argumentando que su restricción de la mayoría de los deciles afectaría a las familias chilenas y a la estabilidad financiera de las universidades. “Se le carga sustancialmente la mano a un grupo. Alrededor del 30% de las personas que adscribe el FES terminan pagando entre 1,5 y 3,5 el costo real de su carrera. Esto para nosotros es desproporcionado”, afirmó.
Finalmente, el vicepresidente de la FEUC advirtió que el FES podría profundizar la segregación en la educación superior, comparándola con la experiencia de la gratuidad y el modelo escolar: “Muchas universidades se adscribirán al FES, pero también muchas otras, sobre todo las privadas, no lo harán”. A su juicio, esta situación generaría diferencias sustanciales entre instituciones, que además concentran a estudiantes de altos y bajos ingresos, lo cual provocaría que algunos “no elijan la universidad en función de su calidad, sino por si es compatible o no con su situación socioeconómica (…) Es un proyecto muy poco solidario”.
Sobre el proceso de discusión, Clemente aclaró que la Directiva FEUC se encuentra abierta al diálogo, valorando la diversidad de posturas. No obstante, respecto a su aprobación en el Congreso, expresó que este hito se trata de “una mala noticia”. En esa línea, Fernández señaló que el paso del proyecto al Senado podría otorgar un análisis más técnico a su deliberación, donde se evidencien sus debilidades y falencias. “Nosotros esperamos que se rechace ahora y para eso haremos lo que esté a nuestro alcance para mostrar que este proyecto de ley como se entiende hoy en día no vendría a ser una solución, sino que un problema para otro problema”, aseveró.
La Directiva FEUC reconoce que el CAE presenta una serie de falencias que requieren ser arregladas. Entre ellas, la alta cantidad de morosos que generan elevados costos para el Fisco –una situación que, según Fernández, es una consecuencia de las promesas de condonación- y el caso de los estudiantes que dejan sus carreras y quedan sujetos a una deuda por años.
“Nosotros creemos que un modelo como el CAE requiere y le urgen distintos tipos de soluciones, pero el FES, bajo ningún punto de vista vendría a aliviar la carga para miles de estudiantes, sino que justamente va a generar lo contrario”, concluyó.
Por su lado, Amanda Cueto, delegada de la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH) asistió el miércoles 20 de agosto al Congreso Nacional pera ser testigo de la sesión que dio por aprobado el proyecto en la Cámara de Diputadas y Diputados.
Cueto expresó que el avance del FES en el parlamento se recibe “con mucha alegría”. Para la delegada, esta noticia representa un momento emocionante que abre el camino hacia un fin mayor, la eventual gratuidad universal. “Comprendemos el FES como insuficiente en cuanto a lo anterior, sin embargo, este proyecto mejora sustancialmente la realidad del estudiantado y democratiza el acceso a la educación superior”, sostuvo.
Cueto calificó el nuevo modelo de financiamiento como “más humano” en comparación al CAE, ya que este deja a la banca de lado, considera el nivel socioeconómico y la capacidad de pago tomando en cuenta la realidad de la primera inserción laboral, entre otros.
Nicolás Cataldo, ministro de Educación, manifestó en entrevista con TVN que el avance del proyecto al Senado permitirá “integrar visiones y resolver preocupaciones”, tanto del parlamento como de las instituciones de educación superior. Además, afirmó que aún hay tiempo y disposición para aprobar el proyecto dentro del periodo del actual Gobierno. “Tengo la esperanza y convicción de que vamos a poder sacarlo dentro de este Gobierno”, concluyó.
El ministro aclaró que la preocupación de las universidades sobre su estabilidad financiera es una temática que se abordará en la segunda tramitación de la ley. Cataldo sostiene que han conversado con la mayoría de las instituciones de educación superior, afirmando que “vamos a entrar a una discusión sobre sostenibilidad financiera en serio y eso implica poner todas las cartas sobre la mesa”. Aun así, cuestionó que hay que acordar regulaciones para los aranceles universitarios, acordes con la calidad de educación impartida.
Finalmente, el ministro Cataldo expuso que “entre el 60% y el 70% de las personas con FES pagarán menos de los que les costó la carrera”, esto según estudios internacionales y un estudio de la Biblioteca del Congreso Nacional (BCN). Además, añadió que las estimaciones son del 1,6% de los estudiantes con FES quienes tendrían que pagar 3,5 veces más del arancel de la carrera.