Señora Directora:
Me dirijo a ustedes tras las discusiones recientes sobre la postura del frente político Amanecer respecto a la elección democrática del rector y las vocalías creadas por la nueva FEUC. Quiero aclarar que lo que voy a expresar no proviene desde mi rol como secretario ejecutivo del Centro de Estudiantes de Trabajo Social, sino que como una gran parte del estudiantado que votó por Amanecer en las dos jornadas de votaciones en nuestra universidad.
Como estudiante, me siento profundamente apenado por lo que sucedió con las vocalías dentro de la FEUC. A pesar de que algunas no funcionaron de manera plena, quiero reconocer el esfuerzo de las delegaturas de disidencias y salud mental durante el periodo anterior. Sin embargo, lo que más me duele es la falta de responsabilidad de la FEUC entrante, que tuvo la oportunidad de poder reactivar las vocalías con personas capacitadas para garantizar que se cumpla un rol eficiente, representativo y que respondieran realmente a las necesidades del estudiantado, pero en lugar de eso, las eliminó y redujo las temáticas importantes como trabajadores, salud mental, disidencia, el arte, la cultura y la memoria histórica de les estudiantes que cayeron en dictadura.
Recientemente, estuvimos como CETS, en una reunión con la FEUC, donde nos dijeron que las temáticas de las vocalías eliminadas seguirían trabajándose desde otras vocalías enfocadas en objetivos. Es frustrante ver cómo se pierde una oportunidad de garantizar un espacio de representación real para el estudiantado.
Lo que más me sorprendió fue ver cómo la Nueva Acción Universitaria, al negociar con la FEUC actual, traicionó los principios que históricamente defendieron. Traicionaron a las siete federaciones que les precedieron, que representan una lucha estudiantil más “crítica” hacia los poderes establecidos, solo para alinearse con una FEUC que representa a la derecha gobernante. Todo esto (desde mi punto de vista), fue orquestado por los bastiones viejos del movimiento, que no dudan en negociar con la derecha, como quedó claro ahora y en el contrato filtrado para la delegatura CONFECH. Estimada directora, ¿esto no constituye una traición a sus principios? Han preferido dejar de lado luchas fundamentales para el estudiantado, favoreciendo acuerdos con sectores que representan intereses que poco tienen que ver con la justicia social.
Parece que, para la NAU, aquellos que les cuestionan son solo ruido, una molestia a la que responden con desdén cada vez que les planteamos nuestras críticas, ya sea en publicaciones o en redes sociales. Sin embargo, debemos seguir respondiéndoles y no quedarnos de brazos cruzados. Si no lo hiciéramos, no estaríamos involucrados en la política universitaria. Este tipo de actitudes, junto con el tráfico de influencia y el “pituto”, terminan por desmotivar a la gente de participar en la política, lo cual es sumamente grave para la salud democrática de la universidad.
Es crucial que el estudiantado reflexione sobre estos actos y no se deje engañar por movimientos que, a la hora de la verdad, priorizan sus propios intereses antes que la justicia social y la lucha por los derechos de todos, todas y todes. Necesitamos un cambio real, y para eso, no podemos quedarnos callados.
Benjamín Palomino
Estudiante de Trabajo Social
