“Estimado paciente, por lineamientos de nuestra institución, nos quedamos en el medioevo”, debería decir el mensaje de los centros de Salud UC CHRISTUS por prohibir procedimientos anticonceptivos de largo plazo y de esterilización como lo son el DIU, el implante subdérmico, e incluso vasectomías. Todo esto bajo la justificación del respeto intransigente a su concepción ética de planificación familiar.
Estas prácticas no son nada nuevas. El 2017, luego de años de lucha y discusión en las calles y en espacios legislativos, se promulgó la Ley 21.030 sobre la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales, un gran paso para quienes creemos en el aborto libre como un derecho. Solo un par de meses después la Red Salud UC CHRISTUS se convirtió en la segunda institución privada en ser objetora de conciencia.
Uno de los pilares fundamentales de nuestra Universidad es el compromiso con el servicio público y la vinculación con el medio. En innumerables ocasiones han declarado la importancia de que la comunidad UC esté inmersa en la realidad que vive Chile y el mundo. Sin embargo, este lineamiento de la UC nos parece inconsecuente, pues al momento de hablar sobre derechos sexuales y reproductivos, que es una discusión urgente para las niñas, adolescentes y mujeres de la sociedad, nos cierran las puertas. Podríamos especular que esta puerta no se puede abrir, pero sería incorrecto, porque desde el 2004 la Facultad de Medicina UC en representación de nuestra casa de estudios se comprometió a construir y administrar los Centros de Salud Familiar (CESFAM) Áncora, instituciones que han sido reconocidas por la comunidad debido a su labor como centros de atención pública en comunas del sur oriente de Santiago y que, por su sentido público, realizan tratamientos anticonceptivos de largo plazo. Es precisamente este sentido público el que como FEUC y Consejería Superior, queremos que se replique en la Red UC CHRISTUS.
Sin embargo, no somos las únicas con este deseo. Somos cientos de compañeras de la comunidad UC quienes a través del Petitorio Feminista 2024 para este 8M, le exigimos a la Universidad que deje de excluirse de decisiones que hemos acordado como país y que de una vez por todas asuma el rol público que tanto se enorgullece de tener. Declaramos en este: “Si bien entendemos la objeción de conciencia personal para respetar las creencias religiosas o éticas frente al procedimiento, no concuerda que la Universidad como institución deba excluirse de los criterios establecidos entre todas las personas como comunidad, pues esto constituye una restricción al acceso de prestaciones legitimas, afectando derechos e intereses de las mujeres y cuerpos gestantes consagrados en nuestra actual legislación”. Punto que junto a otras demandas será votado el próximo 6 y 7 de marzo en la UC.
Hoy, el 63% de mujeres entre 15 y 29 años no proyecta ser madre en el futuro y más de la mitad indican que estarían dispuestas a realizarse o inducirse un aborto (INJUV, 2022). Nuestro sentido público tiene que responder a esa realidad, no a la que queramos imponer. Tiene que responder con la entrega de tratamientos que nos permitan elegir nuestro futuro.
Pero lamentablemente, si hoy una estudiante UC quiere utilizar un anticonceptivo de larga duración, sin importar la razón de su decisión, el establecimiento educacional que ella escogió para formarse y que fomenta la libertad, le negará su derecho.
Directiva FEUC 2024
Consejería Superior y Subconsejería Superior 2024
Catalina Jofré Hidalgo Javier Del Valle Trinidad Ortega
Manuel Stevens de la Maza Benjamín Cañas
Daniela Laucirica
Isidora Rodríguez
Amanda Astudillo