Hoy nuestra universidad vive un nuevo proceso electoral para definir la próxima directiva de su federación estudiantil.

Esta vez se enfrentan dos listas de izquierda, una más cercana a la socialdemocracia y otra de una izquierda más ortodoxa. Detrás de ambos proyectos hay compañeras y compañeros socialistas, sin embargo, desde algunos sectores se ha intentado instalar que quienes militamos en el Partido Socialista, pero apoyamos a la lista NAU, somos “menos socialistas” por no formar parte de la estructura institucional de la Juventud Socialista en la UC.

Considero que ser socialista no se agota en la militancia formal ni en las estructuras partidarias. Es una forma de mirar el mundo, de entender las relaciones de poder, la justicia y la libertad. De ver en el otro la posibilidad de aprender. Es una ética que se expresa en la práctica, no en el carnet. ¿Acaso en Chile no existen socialistas fuera del PS? La profundidad de una convicción no se mide por la sigla que la contiene, sino por la consecuencia con que se encarna.

En la UC, el socialismo adquiere un sentido particular. Aquí, donde la hegemonía cultural es conservadora, ser socialista no puede tratarse de repetir consignas, sino abrir espacios para pensar lo común, la justicia y la igualdad. La tarea puede darse dentro o fuera de una estructura formal, porque lo esencial es disputar el sentido de comunidad universitaria y de transformación. Ser socialista en la UC es construir espacios de pluralidad, tender puentes entre estudiantes que piensan distinto y practicar la coherencia en la acción: cómo se dialoga, cómo se construye, cómo se cuida lo común.

El socialismo chileno nunca fue una sola cosa. Ha sido obrero, intelectual, popular, feminista, ecologista. La reunificación del partido reconoció esa diversidad y no buscó distinguir entre “auténticos” y “de cartón”. El socialismo es inclusivo, amplio y democrático, incluso con quienes no han firmado una ficha, pero se reconocen parte de un mismo proyecto. Esa tradición no se construyó desde la hegemonía, sino desde el consenso y la fraternidad. Quienes hoy se aferran a la “institucionalidad oficial” deberían recordar que la legitimidad no se decreta: se conquista con ideas y coherencia.

No es casualidad que, pese a que la institucionalidad de la Juventud Socialista esté en la lista Amanecer, la prensa reconociera a la NAU como el movimiento que encarna al socialismo, sinónimo de amplitud, diálogo y vocación transformadora.

A ese Partido entré a militar, y ese socialismo aspiro representar en la universidad. Uno que no mide a sus compañeros por la estructura que integran, sino por la profundidad de su compromiso con los otros.

Porque el socialismo no es una estructura burocrática, es una forma de habitar el mundo, construyendo comunidad, fomentando la democracia y volviendo a creer en la fuerza de lo común.

León Fernández Peña
Consejero Territorial de Ciencias Sociales y Teología
Militante del Partido Socialista y simpatizante de la NAU!

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