A más de una semana de transcurrido el plebiscito de salida por una nueva constitución, los resultados de esta aún dan de qué hablar. Y es que la diferencia entre el Rechazo y el Apruebo fue sorpresivamente amplia y, así como en cualquier elección, los ganadores celebran y los derrotados se lamentan. Pero muchos de estos últimos han esbozado una razón principal que explicaría este escenario, y es que habría habido un incremento de fake news que influyeron en los votantes. Sin duda existió bastante desinformación durante todo el proceso constituyente, ¿pero qué tanto influyó en la elección del 4 de septiembre? ¿O quizás dicho argumento denota una falta de autocrítica por parte del bando perdedor?
El fenómeno de las fake news, lamentablemente, llegó para quedarse, y en este caso no fue la excepción. Es importante recalcar lo peligroso que resulta tomar decisiones en base a una información que no sea cierta. Ya ocurrió en pleno Estallido Social y durante la pandemia del COVID-19. Pero a diferencia de lo que piensan muchos, si bien esto se produce debido a la mala fe de ciertas personas para generar confusión, también se debe a un fallido manejo comunicacional de una persona o autoridad.
Dicho de otro modo, la desinformación tiende a potenciarse cuando un emisor no es claro del todo al entregar un mensaje. En este caso, el desempeño de algunos convencionales tuvo muchas falencias cada vez que se dirigían a la ciudadanía. En lugar de aclarar ciertas dudas o cuestionamientos en torno a temas como pensiones, sistema político y de justicia, el llamado “precio justo” o la famosa plurinacionalidad, no han hecho nada más que acrecentar más la confusión. Lo anterior, finalmente, termina por convertirse en un espacio ideal para las fake newsse esparzan sin control.
Pero también es muy importante destacar que, en los últimos años, cada vez hay más escepticismo frente a las informaciones falsas[1]. Hoy por hoy existen varias plataformas verificadoras para contrarrestarlas, como FastCheck o Mala Espina. Ahora bien, hay que insistir que una información imprecisa puede ser más dañina y difícil de detectar que una falsa, ya que se sustenta de un dato verdadero sin contexto o con interpretaciones sesgadas o rebuscadas, sobre todo por parte de plataformas o de aquellos, afines a una tendencia particular, que descaradamente utilizan el ejercicio del chequeo como excusa para acomodar sus respectivos discursos[2] .
Por lo tanto, decir que la derrota del Apruebo se debió exclusivamente a que mucha gente votó desinformada no es del todo correcto. Es cierto que el Rechazo también ha caído en varias ocasiones en las fake news, pero el gran problema del Apruebo es que, en lugar de mejorar o modificar el mensaje para tener una argumentación más sólida, se dedicó netamente a atacar personalmente a la otra opción y tratar de etiquetarla de mentirosa. Esto terminó por perder fuerza si la opción acusadora también cae en la transmisión de información falsa o errónea. Y la cantidad de mentiras que diga cualquiera de las partes se vuelve irrelevante si ambas mienten.
Como si lo anterior no fuese suficiente, el voto a favor del Rechazo no solo se explica por los errores tanto de redacción como de contenido en el texto, sino también del actuar de la propia Convención. Son muchos los episodios en que varios de sus miembros no le tomaron el peso que implicaba escribir una nueva constitución, a tal punto que siguieron con la misma actitud pese a que la ciudadanía iba perdiendo la confianza en ellos con el correr de los meses. Por tanto, argumentar que se perdió la oportunidad de tener una constitución más democrática, paritaria y representativa que la vigente (discutible)[3], carece bastante de sentido si hubo falta de compromiso por parte de los responsables.
Asimismo, basta con declarar que hay muchas lecciones que sacar para ambas opciones, aprender de ellas y, principalmente para el Rechazo, humildad para que ningún sector se adjudique el resultado final. Y para el Apruebo, mayor autocrítica. Porque buscar culpables de manera azarosa o ningunear a los que votaron por la opción ganadora no solo es de mal gusto, sino que tampoco ayuda a que la sociedad actual sea menos polarizada.
Cristóbal Orellana Nunes.
Periodista
[1] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-62245073
[2] https://www.fastcheck.cl/2022/07/13/editorial-no-todo-es-fake-news-no-todos-hacen-fact-checking%ef%bf%bc/
[3] https://www.emol.com/noticias/Nacional/2022/02/26/1047841/servel-igualdad-voto-convencion.html