Ya van 4 semanas desde que en Chile se llevó a cabo el plebiscito de salida, respecto a si aprobar o no, la propuesta de nueva constitución.
Después de la victoria de la opción Rechazo, hubo mucho movimiento dentro del mundo de la política, cómo era de esperarse.
Vimos al senador republicano Rojo Edwards abandonar su puesto como presidente de su partido, -ya sea por las razones que dio de “buscar nuevos liderazgos” u otra- mientras los miembros de este se decidían sobre qué acciones tomar respecto al escenario constituyente.
Vimos al presidente Gabriel Boric, y sus comunicados después de conocerse los resultados de la votación, en los que llamaba a generar nuevos acuerdos para el proceso constitucional
lo más pronto posible, por lo que se reuniría con los presidentes de partidos de oposición -o no, al parecer dependiendo del ánimo de los representantes-.
Incluso vimos a figuras como Cristián Warnken, confirmar el futuro del colectivo
Amarillos por Chile como un nuevo partido político, con la premisa de “… romper todos
los clivajes, para buscar la unidad del país, para buscar una buena y nueva Constitución. “.

También junto a esto, tenemos los rumores sobre varios miembros de la Democracia
Cristiana como la Senadora Ximena Rincón, como futuros integrantes del colectivo que
tuvo su auge durante el proceso constitucional.
Parecía que a pesar de que se rechazó la propuesta 2022, sabíamos hacia donde estábamos yendo, y que se cumplían todas esas promesas de no ir por el camino de incertidumbre que, según muchos, era lo que caracterizaba a la opción Apruebo.
De hecho, se decía que hasta bajaría el dólar una vez ganara la opción Rechazo, según
economistas cómo Sebastián Edwards y José Luis Daza.
Pero hoy, 30 de septiembre, el escenario es otro, o así lo parece. La derecha está dividida sobre qué hacer con el proceso. Mientras que la coalición de partidos de Chile Vamos está dispuesta a dialogar, con el oficialismo por un nuevo proceso constituyente, el Partido Republicano rechaza cualquier intento por lo que ellos llaman “Un nuevo proceso fallido” – por si no estaba claro que cada sector interpreta el resultado a su propio gusto-. Si volvemos a este acuerdo entre Chile Vamos y el oficialismo, todavía no está definido el órgano que escribiría la supuesta propuesta constitucional que suplantaría la rechazada a inicios de septiembre. Todavía no se define si será un órgano 100% electo o no, propuesta a la que el oficialismo se adhiere, pero que la coalición de partidos de derecha no, debido a la “traumática experiencia” del proceso anterior. Chile vamos también propone la existencia de un comité de expertos en el proceso, y se pone en duda si habrá o no escaños reservados o si el órgano será paritario para los miembros elegidos de este proceso hipotético.
Sumado a esto, ciertos sectores ya están poniendo dentro de los principios para una nueva constitución -o un supuesto nuevo proceso-, la defensa de las AFPs y la privatización del agua. El Partido Republicano propuso también acuerdos en materia de seguridad y seguridad económica -hay que reconocer que son puntos importantes si se empieza a discutir que será o no parte de una supuesta nueva propuesta-.
Por otro lado, tenemos a grupos de ultraderecha -por no nombrarlos como muchos ya saben que son nombrados- como el dirigido por Francisco Muñoz, al que muchos conocerán cómo Pancho Malo, poniendo presiones -si es que las podemos llamar así para no parecer tan subjetivos a la hora de escribir esta nota- a miembros de partidos de derecha para no seguir este proceso constituyente, llamando a respetar el artículo 142 de la constitución vigente.
También quizás sea importante mencionar el incidente en el cual el mismo dirigente
ingresó al congreso nacional, con una credencial de periodista, argumentando que era para supervisar este proceso para el Team Patriota.
Todo esto es solo lo que se puede mencionar a la fecha, y los sucesos que uno puede
considerar los importantes, pero, de cualquier forma, uno en esta posición podría empezar a volver a reflexionar sobre esta llamada “Victoria del sentido común” y un rechazo a la incertidumbre que traería el aprobar la propuesta 2022 -aun sabiendo que, si se rechazaba, era para crear un nuevo proceso. “Esta no”, “Una que nos una”, “rechazaremos juntos para levantarnos y empezar de nuevo”-.
El presidente Gabriel Boric en su comunicado después de la victoria de la opción Rechazo, dijo lo siguiente: “No podemos dejar pasar el tiempo ni enfrascarnos en polémicas interminables. Y es que nuestros compatriotas, no entenderían que los responsables políticos, en lugar de atenuar sus incertidumbres, se las acentuáramos”.
El dólar cerró en $878.72 el 4 de septiembre, y a la fecha de escribir esta columna cerró en $958.63.

Benjamín Roque
Estudiante de Periodismo

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