Al día de hoy, varios de los movimientos existentes en la universidad estuvieron presentes en el acontecimiento, evento que generó un antes y un después en muchos de los posicionamientos políticos de estas agrupaciones de la UC. Desde El PUClítico conversamos con los actores políticos que estuvieron constituidos durante la toma feminista, además de Surgencia, colectivo que nació y se articuló en inspiración al suceso, para que nos contaran sus visiones y perspectivas de un evento que tuvo repercusiones institucionales y en la cultura estudiantil cinco años después.
Solidaridad y la Nueva Acción Universitaria: acuerdos sobre el fondo, diferencias en la forma
Desde la Nueva Acción Universitaria, Antonia Millas, Coordinadora Externa, declara que la toma feminista fue un momento muy importante para su movimiento: “Es algo que ha pasado de distintas maneras de generación en generacion entre las militantes que estuvieron y que ahora están en nuestro movimiento”, explica. Millas comenta que, si bien ellas no fueron “las primeras o segundas en tomarse la universidad”, al tratarse de la universidad “más conservadora y tradicional del país”, los medios de comunicación estaban en la puerta de Casa Central cubriendo el suceso que permitió “que se haya reflexionado profundamente en cuanto a feminismo, y que en el fondo este día se conmemore con mucha reflexión y también cariño por las personas que estaban ahí que ayudaron a que pudiéramos avanzar en el fondo en temas de feminismo dentro de nuestra universidad, y dentro de nuestro país”.
Con respecto a su posición sobre la forma en que se ejecutó la movilización, es decir, de que haya sido mediante una toma, la NAU! adhirieron totalmente a la manera en la que se accionó, ya que el mismo rector reconoció al final el haber encontrado los espacios bien cuidados y protegidos por las mismas estudiantes que estaban ahí. “[Gracias a la toma] se llegó a una de las instancias más democráticas de la historia de nuestra universidad”, declara Millas. “Yo creo que tal vez hubieran tomado muchos años más y eso hubiera implicado el sufrimiento de muchas más compañeras durante su periodo universitario y es algo con lo que no podíamos transar”, sentencia.
“Nuestro movimiento y representantes hasta el día de hoy luchan y trabajan porque las aulas y los espacios seguros dentro de nuestra universidad existan, y en esos tiempos no existía ningún cargo y ningún canal para poder denunciar abuso ni acoso, ni siquiera dentro de las paredes de nuestros propios territorios”
– Antonia Millas, Coordinadora Externa de la Nueva Acción Universitaria.
Solidaridad, movimiento de centroderecha de la UC, difiere respecto a la forma en que se movilizaron las estudiantes el 2018. “Nunca hemos avalado las tomas ni las formas violentas y anti dialogantes de hacer política, como lo fue la toma feminista de 2018, por lo que este caso no es la excepción”, comenta Victoria Hoyl, coordinadora general del movimiento.
“Si bien entendemos ciertas demandas del feminismo que son claves, como las que se presentaron sobre los temas de acoso y abuso dentro de las salas de clases, y durante las cuales creemos que se debe hacer algo dentro de la UC, no entendemos como desde la FEUC se rememora el día en que un grupo de alumnas pasó por encima de todas las vías institucionales”
– Victoria Hoyl, Coordinadora General de Solidaridad.
De esta manera, sobre el fondo de lo ocurrido, “no pueden sino estar de acuerdo con todo el diagnóstico que se realizó respecto de aquellas situaciones que ocurrían hasta ese momento y que lamentablemente siguen ocurriendo. A su vez, el movimiento según Hoyl ha “estado siempre por buscar soluciones que vayan es pos de que dichas situaciones no sigan ocurriendo”.
Las juventudes de los partidos políticos en la UC
Aunque tuvieron un resurgimiento reciente en la política de la UC, las juventudes de distintos partidos estuvieron presentes hace 5 años en la toma feminista de Casa Central. Concretamente, desde El PUClítico conversamos con Convergencia Social, quienes en aquella época estaban constituidos como su predecesor, el Movimiento Autonomista.
“A cinco años de la toma feminista del mayo de 2018, ¿qué rescatamos? Creemos que puso en evidencia que en un mismo espacio conviven muchos feminismos con características únicas, distintos grados de institucionalidad, pero unidas lamentablemente por la violencia de género”, comenta Javiera Díaz, militante de base de Convergencia Social UC.
Para la base militante estudiantil de CS la toma de Casa Central “activó un sujeto político quizás antes no lo estaba, la mujer universitaria y de una institución conservadora”, dando cuenta de una forma de “identidad política” que “caló hondo” en la organización política estudiantil. Recalca que no es solamente el hecho de que haya ocurrido la toma feminista “en un espacio conservador”, sino que enfatiza en los efectos institucionales que tuvo el evento sobre la UC “de forma que casi ningún otro movimiento estudiantil lo había hecho”.
“Conversando con compañeros que estuvieron en el proceso, nos dieron a entender todo el aprendizaje intergeneracional que tenemos de ese proceso y la importancia que es recordar estos movimientos porque sirven y porque traen de nuevo estas demandas, las ponen en la mesa.”
– Javiera Díaz, militante de base de Convergencia Social UC.
Mismo es el tono del discurso ofrecido por las Juventudes Comunistas UC, quienes consideran que su colectivo tuvo “un rol activo en la toma feminista” realizado por “compañeras que cansadas de los abusos y vulneraciones patriarcales de la universidad decidieron alzar la voz y decir basta”, según declaró Dominga Osorio, militante de base de la JJ.CC. UC. “En la UC aún se discrimina a la mujer”, declaran en la juventud del partido, recalcando que las demandas que motivaron la toma hace cinco años “siguen vigentes”.
El Movimiento Gremial y el rol de la derecha en la toma
En aquella época, el Movimiento Gremial mantuvo especial protagonismo por medio de Javiera Rodríguez, Consejera Superior del año 2018 que, adherente al gremialismo, expresó en diversos medios su oposición a la toma de la sede central de la UC. Según destaca Miguel Mondaca, actual presidente del Movimiento Gremial, para su agrupación la toma feminista “significó un momento crítico de reflexión y de mucha valentía también” en tanto se autodenominaban como “férreos opositores de la toma” mientras que buscaban ser “activos participantes de las soluciones que se llevaron a cabo”.
“Nos opusimos a la toma, incluso cuando estábamos en pleno estallido feminista. Y si bien compartíamos y compartimos con que la universidad tiene que hacerse cargo de la violencia sexual, no estamos de acuerdo con que el asunto se enfrentara cogiendo métodos violentos como lo es una toma.”
– Miguel Mondaca, presidente del Movimiento Gremial.
A 5 años de la toma, el Movimiento Gremial rescata el llamado que sintieron de “representar a nuestros compañeros y compañeras y a trabajar por su bienestar”. “Más allá de que si esto es popular o no, también sentimos un tremendo orgullo por todas las personas que con valentía se quedaron a defender la universidad en ese minuto”, declara el presidente gremial, finalizando en su declaración que reconocen la existencia de problemas aún no resueltos y en los que “tenemos que hacernos cargo”.
Surgencia: de la toma feminista a la representación federativa
De los colectivos y movimientos contactados desde El PUClítico, Surgencia es el único movimiento que no existía al momento de la toma feminista y que, de hecho, nació como consecuencia de la misma. Así comenta Antonella Báez, coordinadora general de Surgencia, quien declara que “la etapa feminista significó la unificación de las distintas fuerzas de izquierda feminista que existían en la época y justamente así se dio pie a la construcción del anhelo que existía por las distintas organizaciones y personas como tal de impulsar un proyecto político que fuera diferente dentro de la misma universidad católica”.
En efecto, el colectivo se constituyó en razón de las demandas impulsadas por la toma feminista el año 2018, logrando alcanzar la Consejería Superior en las Elecciones FEUC del mismo año con Paulina Carrillo, estudiante en ese entonces de Ciencias Biológicas, además de alcanzar el 17,9% (4ta mayoría) de las preferencias para la lista que postularon a Directiva FEUC junto con 7 consejerías territoriales a lo largo de toda la UC.
“Como surgencia estamos totalmente de acuerdo con el mecanismo de manifestación y obviamente lo que significó la toma para nuestra universidad y para el país entero la verdad. Creemos que es una forma de paralización legítima que trajo consigo la elaboración de mesas de trabajo triestamentales, cuya relevancia fue importantísima para los avances de la UC”
– Antonella Báez, Coordinadora General de Surgencia.
Considerando que se pudieron visibilizar problemáticas que aquejaban al estudiantado de aquel entonces, Báez comenta sin embargo que “muchas de ellas no fueron resueltas, (…) como por ejemplo la demanda de poder instaurar la paridad de género en cargos académicos y administrativos”. “Ahora bien, es importante mencionar que, si bien existen las demandas generales del estudiantado de la UC, cada territorio igual vive una realidad distinta”, declara la Coordinadora General, enfatizando en la importancia de analizar las prioridades territoriales y cómo se expresa, por ejemplo, en carreras con minoría femenina.
Ya a cinco años de la toma, Báez y el colectivo de Surgencia realiza balances y contrapesos sobre lo que se ha logrado. “Creo que nos encontramos en un escenario donde el espacio universitario es menos hostil que hace, por ejemplo, 10 años atrás, donde temáticas como el aborto libre eran impensadas”, declara la coordinadora. No obstante, reitera que “les falta mucho por avanzar”, haciendo referencia a la posición institucional que la UC posee hacia las funas o el uso de pronombres en la sala de clase.
“Como colectivo rescatamos y mantenemos nuestra lucha para proponer e impulsar un proyecto de izquierda que sea feminista dentro de la UC. Sin embargo, igual reconocemos y tenemos en consideración los cambios del contexto nacional y universitario que han experimentado en el último año. Aunque mantenemos nuestra postura de principios del 2018, sabemos que también es importante afrontar los nuevos desafíos que se van presentando, [como por ejemplo] el contexto de las elecciones nacionales pasadas.”
– Antonella Báez, Coordinadora General de Surgencia
