Estimados lectores del Puclitico y comunidad UC, no he podido evitar notar el gran revuelo generado contra la FEUC a razón de un comunicado publicado por ellos titulado “Día del niño por nacer”. Un pequeño análisis crítico llevado a cabo sobre el post y las reacciones generadas por este me dejó unas cuantas opiniones que me he quedado con la necesidad de ventilar mediante este medio.
El título de esta, mi columna, deja muy claro que aquí no hay una posición a favor de una parte u otra, para mí, ambos han cometido errores.
Primeramente, cuando nosotros, como comunidad, elegimos a representantes, muchas veces tratamos de que estos tengan una ideología cercana a la nuestra, no porque queramos sentirnos superiores moralmente o que somos la mejor ideología, sino que lo hacemos así. Ya que según la lógica del votante, las medidas tomadas por ellos van a ser de acuerdo a las preocupaciones que tenemos. Pero hay un tema muy importante que parece han olvidado, no es periodo de elecciones, estamos comenzando el año, no queremos ver política y posiciones morales en los posteos de la Federación de Estudiantes de la UC, no queremos que digan “queremos impulsar políticas públicas corresponsables para…”. Eso no le importa al estudiante promedio ¿Y saben por qué? Porque están para representar al estudiante, como estudiante, no como militante, no como ciudadano.
No estamos en la cámara de diputados ¿Qué nivel creen tener de relevancia? ¡Ni siquiera son tan relevantes dentro de la universidad como para conseguir elecciones de más del 60% de participación y van a tener el suficiente peso en la vida pública! La próxima vez que quieran comunicar algo que crean ustedes es necesario o hay que impulsar en la sociedad, escríbanlo, redacten una columna y lo envían a su partido, o al Puclitico. ¡Pastelero, a tus pasteles!
Por otra parte, los levantamientos y extensivas críticas recibidas por parte del sector contrario (en ideología) encuentro un poco desproporcionadas. Disculpen aquí a las señoritas de pañuelo verde, pero acusar al mensaje de ser “violento, desafortunado y totalmente desagradable” me parece, si disculpan la expresión, “tirado de las mechas”. Apuntan y critican a la FEUC por ser “intolerantes” y los primeros en tratar de censurar al otro en cuanto dicen algo que no les agrada son ustedes.
Me parece irrisorio cuando, en una columna de opinión, declararon que la democracia permite no reelegir a los representantes que la comunidad percibe como incompetentes, guiñándole el ojo a la FEUC tratando de asustarlos con un “no los van a reelegir, jaja”. ¿No es acaso eso mismo lo que le sucedió al movimiento NAU! las elecciones pasadas? Y curiosamente, este movimiento también ha tenido una cierta participación en esto, siendo varios militantes de este movimiento de los mayores críticos de la FEUC.
Tratan de mostrarse como “la mayoría que ha sido silenciada”, pero seamos realistas, simplemente son un movimiento pseudopolítico que representa a un grupo pequeño que tiene el privilegio de poder jugar a la política (al igual que la FEUC y todos los movimientos universitarios) y que les duele haber perdido su turno en el columpio.
¿Y entonces? ¿Quién es el bueno y quién es el malo? Eso deben analizarlo ustedes, como comunidad, como docentes y estudiantes, como miembros de la UC, no podemos esperar que en un artículo encontremos la respuesta a una discusión que es subjetiva en muchos aspectos.
Igualmente, me gustaría dejar mi conclusión, que se resume en lo siguiente: Ustedes son la razón de por qué la calidad de la política universitaria es baja. Estoy cansado de representantes que creen de verdad ser la voz de la mayoría, cuando la mayoría de la gente que votó con suerte llegan a ser la mitad de los estudiantes, y de esos solo un poquito más de la mitad de ellos están realmente de acuerdo con ustedes. La verdadera mayoría, señoritos y señoritas politiqueros, son aquellos que se levantan, hacen su día a día en la universidad y después van a casa a dormir. No ustedes que desde sus cómodos atriles en que debaten dicen ser los “más conectados” con el estudiantado. Ambos son caricaturas que la verdadera mayoría ve como los niños que juegan a hacer política, que de grandes quieren ser diputados, y que juran esto es como la política real.
Por partidos como ustedes, cada vez menos gente vota. Vergüenza debería daros, a todos vosotros.
Pedro Toro
Estudiante de Derecho