El día de ayer, posterior al Consejo FEUC y a la aprobación por el 63,3% del paro simbólico y reflexivo en el marco 8M, la cuenta de Instagram de Solidaridad subió un post lamentando los resultados, reafirmando —quizás irónicamente— su compromiso con la democracia y caracterizando el paro como un medio violento de acción política. Un post que, aunque sin mucha sorpresa, pero sí con profundo repudio, finalizaron con dibujo alusivo a una pancarta que dictaba “Ni un paro más”.
Me parece desolador cómo el movimiento que hoy lidera la federación de esta universidad ha tergiversado lo que implica o conlleva la violencia. Porque adueñarse de una consigna tan desgarradora como lo es “Ni una más, ni una menos”, una consigna que pretende visibilizar la cantidad de femicidios sufridos diariamente en cada rincón del mundo (especialmente en Latinoamérica) mientras expone esa necesidad impotente de querer una sociedad más segura para las mujeres; para crear un mensaje sensacionalista que concuerde con su línea gráfica, su pensamiento retrógrada y conservador es, para mí, el epítome de la violencia.
Entonces solo queda preguntarse, ¿qué es la violencia para Solidaridad? Porque a inicios de marzo, cuando conmemoramos el día en que 129 obreras textiles fallecieron en un incendio provocado mientras se manifestaban por mejoras en las condiciones laborales —razón por la que se pide paralizar y reflexionar—, Solidaridad ya no intenta ocultar que su feminismo no es ni por ni para mujeres y decide exhibir con creces su posición del lado del patriarcado, desde una violencia tan obvia que llega a ser absurda.
Porque la violencia es aquella que cada una de las mujeres hemos vivido día a día en las calles, en las aulas, en los hogares y de la cual estamos aún desprotegidas. La violencia es tener que estar preocupadas constantemente de que nuestras madres, hermanas, amigas, hijas, tías, sobrinas logren sobrevivir el camino a casa. La violencia es entender de pequeñas que las bocinas de los autos, los chiflidos y los gritos obscenos se sobrellevan a punta de audífonos y volumen alto. La violencia es que tus ideas sean escuchadas cuando salen de tus compañeros hombres y que aquel trabajo grupal sea factor de estrés para ti y no para ellos. La violencia es la decisión de eliminar los equipos de trabajo focalizados en atender las necesidades, actividades y problemáticas de minorías que históricamente han luchado por sus derechos; para disfrazarlo con un trabajo transversal y comisiones invisibilizadas. Eso es la violencia.
En una Asamblea Feminista realizada en Humanidades, horas antes de que el post se publicara, las mujeres del territorio decidían no marchar en el 8M junto a la FEUC dados sus valores con relación al aborto libre y a ese sentimiento amargo que dejaban las “actividades feministas”. Los consideraban actos vacíos, que nacían para “dar en el gusto” más que desde una verdadera convicción sorora de la federación. El post subido hace dos días no solo llega a confirmar sus sensaciones, sino que a reforzar la idea de que es hora de que los territorios se hagan fuertes tanto internamente como en alianzas con otros afines; para así mostrar la disconformidad que ya desde el segundo día de clases está dejando esta federación.
Constanza Moya Blanco
Vicepresidenta Interna Centro de Estudiantes Historia