“Nos odian porque nos temen, y nos temen porque nos saben irreductibles”, vociferaba Jaime Guzmán una noche del año 1987, ante un expectante público reunido en El Parrón, para celebrar los 20 años de la formación del Movimiento Gremial. De dicha reunión participarían conocidos personajes, como, Cristian Larroulet, Miguel Allamand, Arturo Fontaine, Andrés Chadwick, Jaime Orpis, incluso el ex rector de nuestra casa de estudios; Jorge Swett Madge, almirante de la marina, designado por la dictadura, el mismo que según expedientes judiciales en 1975, facilitó en privado toda la información a la DINA para la detención y desaparición del profesor Alejandro Ávalos. En aquella cena Swett destacó el aporte del gremialismo a la UC, y un tanto emocionado dijo que; “los principios gremiales, permitieron poner a ese centro de estudios, a la cabeza de la educación universitaria”. Otro de los tantos asistentes, fue José Antonio Kast también gremialista, reconocido muy tempranamente en las filas del movimiento por ser el hermano menor de Miguel Kast, otro gremialista, exministro de Odeplan y Trabajo de Pinochet, egresado de Economía en 1970.  Quien también estaba esa noche era Jovino Novoa uno de los miembros fundadores junto a Guzmán del gremialismo, y también de la UDI, designado subsecretario general de gobierno en la dictadura, dependencias a cargo de tal repartición desde donde según reporta Memoria Viva, se habría planificado el homicidio del sindicalista y líder de la ANEF, Tucapel Jiménez.

La dictadura trabajaba codo a codo con el gremialismo, y estos últimos, no tenían pudor en definirse como seguidores y defensores del régimen. En 1976 sectores gremialistas fundaron el Frente Juvenil de Unidad Nacional, como una entidad autónoma del gobierno, que tenía como objetivo expandir las ideas del movimiento a las afueras de la universidad. La definición doctrinal de esta nueva organización era más que clara, “reunir y organizar a la juventud chilena para trabajar en la grandeza futura de la patria, avanzando por el ancho camino abierto para Chile el 11 de septiembre de 1973”. Ese “ancho camino” era el mismo que Ignacio Astete (gremial), invitaba a seguir en La Serena, el 8 de julio de 1977, en un acto donde estaba presente el dictador para celebrar el “Dia de la Juventud”. Leturia decía con mucha fuerza que era necesario “formar un movimiento pinochetista”. “Nuestro compromiso es con el 11 de septiembre, con la declaración de principios, y con la acción del actual régimen”.

Augusto Pinochet Ugarte era uno solo con el movimiento gremial, mientras el dictador hacia crecer sus fortunas en el banco Riggs, el movimiento gremial también hacia crecer las suyas gracias a los innumerables puestos de trabajo que la dictadura les entregó, el movimiento político era mucho más que el sostén académico del régimen, este formaba parte del tronco de la dictadura, aquellos que trabajaban junto a Pinochet sino eran militares eran gremialistas o sus simpatizantes. Tal como le dijo Gabriel Boric a Kast en uno de los debates presidenciales, de ser por él, la dictadura no hubiese acabado. Pues la lógica para gremiales es la misma, porque de ser por el movimiento, la tiranía de sangre y fuego se hubiese extendido. El año 2022 Lucia Uriarte, decía que el 18 de octubre fue el día más nefasto en la historia de la democracia de nuestro país. Este año Agustín Nawrath, señalaba; “el Gobierno de Allende fue causante de lo que pasó, de la crisis democrática que tuvo en ese momento”. Es decir, no solo su pasado los condena, sino que también su presente, estas declaraciones entre muchas otras, dan cuenta del nivel de negacionismo que aún sigue vigente entre sus filas, de la falta de humanidad y respeto hacia las familias de los 31 detenidos de nuestra Universidad, y a las más de 1200 familias de detenidos y detenidas desaparecidas.

Hace unos días atrás en la Facultad de Derecho, históricamente liderada por el movimiento gremial, triunfó la idea de irse a paro, lo que sin duda es una luz de esperanza en rol que como estudiantes debemos tener frente la defensa de los derechos humanos. Una vez más triunfa la memoria por sobre un movimiento que va en retroceso y que como único legado, tiene entregarle a la UDI, hombres y mujeres que provengan de la clase acomodada para que continúen perpetuando un modelo económico y político fraguado en las tranquilas oficinas de nuestra Universidad, mientras en las poblaciones nos seguimos preguntando, ¿dónde están?

Por Benjamín Muñoz Rojas, estudiante Ciencia Política, 1er año.

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